Nueve secretos para un matrimonio perfecto en tu plato
Experto
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El término maridaje que tanto se usa en vinos, aplica también en la cocina. El maridaje es un perfecto matrimonio. Es como el refrán: “son tal para cual”, pues así mismo pasa en boca. Es la reacción que dos “partes” crean al ser unidas. Si unes los incorrectos, el sabor de la comida o del vino se arruina. Si creas la pareja perfecta, la experiencia de ambos se complementa y se incrementa en boca. Eso es el maridaje, siempre buscar la mejor experiencia de los dos a la misma vez.
Cuando lo aplicamos a la comida y como regla básica, debes entender lo siguiente:
- La acidez y el dulce disminuye la sensación de grasa. Para pescados, sobretodo en el caso del salmón, el limón y la naranja no pueden faltar. Y en ocasiones, unos camarones en salsa de coco o en una salsa agridulce sentará bien.
- Siguiendo esa misma línea, el cerdo que tanto amamos, va perfecto con algo dulce o ácido. Así que igual lo disfrutas con una salsa de tomatillos, de naranja, que marinado en yogurt griego que tiene mucho ácido o en salsa de mango, piña o guayaba.
- El ácido necesita más ácido. Por eso a las ostras le ponemos limón y no salsa dulce.
- Lo picante, con un toque dulce sentará perfecto. Y soy de las que pienso que el picante, para que se pueda saborear, debe estar balanceado y no que opaque el resto de los ingredientes de la receta.
- El dulce, en el caso del postre, siempre busca algo más dulce. Por eso las salsas y cremas de los postres generalmente mejoran la experiencia del postre en sí. Seguro te han dicho alguna vez “pruébalo con la salsa”.
- Las carnes van a pedir lo fresco, algo de acidéz y un toque dulce suave. Por eso siempre los espárragos, las zanahorias asadas, el maíz y las espinacas, entre otras verduras, sientan bien.
- El peso de la salsa depende del tipo de proteína, el tamaño de la pasta o el tipo de vegetal que vayas a usar. Por darte un ejemplo, pastas cortas con salsas gruesas y con texturas, las salsas más frescas y ligeras van mejor con pastas finas y largas.
- Si cocinas una proteína muy sencilla, busca acompañantes simples y si la proteína la cocinas con una salsa fuerte y sustanciosa, sírvela sola o con vegetales.
- Frecuentamos comer las proteína con 2-3 acompañantes fuertes y altos en carbohidratos, como el arroz, los frijoles, las tortillas, la yuca o el plátano. Entonces, decide por uno o el otro y así mantienes el balance y la figura.
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