Por: Carolina Giannattasio
Deportista y certificada en Nutrición Deportiva. 
@GetFitByCaro

Toda madre quiere lo mejor para sus hijos, y el mejor legado que les podemos dar no es solamente alimentarlos bien, sino brindarles buena educación alimentaria, enseñándoles los beneficios de la comida y cómo esta los ayuda o perjudica en su día a día. 

Para algunas, es un dolor de cabeza darles de comer a los pequeños de la casa porque se resisten a probar algunos alimentos o porque la manera en que los abordamos no es la más adecuada. La clave es hacer placentero el momento de la comida, no obligarlos de buenas a primeras a probar ciertas cosas que sabemos tienen un sabor u olor fuerte o una apariencia particular.

En el caso de los vegetales, lo ideal es incorporarlos en preparaciones convencionales para que los peques vayan acostumbrando su paladar; por ejemplo, hacer la masa de panquecas con avena, huevo y espinaca. Por supuesto, no olvides darle un toque especial con canela, vainilla, miel o azúcar de coco. De esta manera, los niños podrán obtener los beneficios de la espinaca de una manera mucho más agradable al paladar, que hacerlas hervidas o salteadas.

Otra forma de lograr más aceptación de este tipo de alimentos es involucrar a los más grandecitos en el proceso de preparación. En la medida en que ellos se sientan partícipes de la elaboración, querrán probar la comida y llevarse los créditos.

Mamá, papá: recuerden que los niños aprenden por imitación, así que den el ejemplo. La buena práctica de cuidar tu alimentación no solo te beneficiara a ti, sino que enseñarás a tu hijo la importancia de hacerlo.

Evita las técnicas de chantaje o premiación por comer. Ellos deben entender que alimentarse es parte de nuestras necesidades y no un “logro”. De lo contrario, intentarán manipularte con esto en el futuro.

Ponte creativa en la cocina buscando sustituir alimentos como la harina de trigo por harina de avena, azúcar blanca por azúcar de coco o miel orgánica y bebidas de cualquier tipo por agua. Evita los embutidos, alimentos procesados y comida chatarra.  

Sabemos que los niños se sienten atraídos por el dulce, pero no puede ser de consumo diario. No serán menos niños ni menos felices si les limitas las golosinas y los acostumbras a que sus “snacks” no tienen que incluir azúcar.

Aunque no lo veas ahora, la importancia de construir un cuerpo sano es comparable con el esfuerzo que haces por darle buena educación. Además, estarás obligada a ser más cuidadosa con lo que comes tú también.

Lonchera saludable

Aprovecha lo que resta del año escolar para hacer un cambio en la lonchera de tu pequeño. Sé que ser creativa en la cocina con los “snacks” es todo un reto, sobre todo si eres una madre muy ocupada y con poco tiempo, pero te dejo algunas ideas para que las pongas en práctica: pinchos de frutas, palitos de apio y zanahoria con hummus, yogur, gelatina sin azúcar, galletas caseras (sin azúcar), miniemparedados de tuna (evita la mayonesa, en su lugar elabora un aderezo con yogur  y aguacate).

Una opción muy nutritiva, saludable y sabrosa son las panquecas. Puedes agregarles diferentes ingredientes para cambiar el sabor. Por ejemplo, si añades a la mezcla 1 banana, esto le dará un sabor dulce. También puedes colocarle algún vegetal como espinaca, zanahoria rallada, puré de zapallo o camote.

No incluyas jugos envasados en la lonchera, estos tienen una cantidad de azúcar muy grande que tus chicos no necesitan. Enséñales a tomar agua.

Además, para tener niños saludables, debes mantenerlos en movimiento con actividades al aire libre; inscríbelos en deportes y, una vez más, da el ejemplo. El sedentarismo no le hace bien a tu salud y mucho menos a la de tus hijos  porque no entenderán la importancia de mantenerse activos.

 ¡Sigue los consejos y disfruta este proceso de criar a un niño más saludable!